La audiometría es un examen que permite evaluar la capacidad para escuchar sonidos. Los sonidos varían de acuerdo con el volumen o fuerza (intensidad) y con la velocidad de vibración de las ondas sonoras (tono).
El rango normal de audición de los humanos es de aproximadamente 20 a 20,000 Hz. Algunos animales pueden escuchar hasta 50,000 Hz. El lenguaje humano está generalmente entre 500 y 3,000 Hz.
Prueba auditiva.
Audiografía (audiograma).
No es necesaria ninguna preparación especial.
Este examen suele recomendarse a aquellas personas audiometría a todas las personas en las que se sospeche una pérdida de audición. La audiometría suele recomendarse en el caso de que se presente la sospecha de patologías como:
Enfermedad de Meniere.
Hipoacusia.
Otitis.
Vértigo.
Es una prueba que sirve para evaluar la capacidad que tiene una persona de escuchar los sonidos, determinando así el correcto funcionamiento del sistema auditivo humano y posibles problemas relacionados a la audición.
Rango sujeto a evaluación de la clínica o del médico tratante.
Para realizar una audiometría, al llegar a su hospital o clínica le harán algunas preguntas acerca de su estado de salud y sobre las situaciones en las que ha notado dificultad para escuchar sonidos, en caso de que haya alguna. Justo después, el interior del conducto auditivo y el tímpano será observado con un instrumento llamado otoscopio. Tras realizar este estudio básico, le pedirán que pase a una cabina donde le pondrán diferentes cascos con altavoces.
En primer lugar, le pedirán que se ponga un caso en la oreja derecho y luego otro en la oreja izquierdo. Con estos cascos se estudia la conducción aérea, es decir, la transmisión del sonido con normalidad a través del sistema auditivo. Luego le pondrán unos cascos que se colocan detrás de cada oreja, apoyados en el hueso. Con ellos se estudia la conducción ósea, que sirve para saber si el sistema nervioso funciona correctamente en cuanto a entender los sonidos.
Cada vez que se coloque alguno de estos cascos, el realizador de la prueba emitirá diferentes pitidos con intensidad y tono diferentes. Le pedirán que haga una señal cada vez que escuche un pitido; así se podrá identificar a qué volumen y tono no escucha bien los sonidos. Después probará con cada casco si entiende diferentes palabras que pronunciará correctamente, pero que escucharás a intensidad y tonos diferentes y se le pedirá que las repita inmediatamente después de escucharlas.
En la segunda parte de la prueba se estudia cómo en el día a día hay dificultad entender palabras o frases, y esta parte es la más importante.
Durante todo el transcurso de la prueba podrá estar sentado o de pie. En ningún momento sentirá dolor o molestias, ya que se trata de una prueba sencilla. En el caso de que su sistema auditivo esté muy enfermo puede ser posible que note algún mareo, como te puede ocurrir en otras situaciones. Si sucede, informe al técnico de la prueba para que la interrumpa durante un momento.
Los resultados podrán obtenerse al instante después de la prueba. El profesional que ha realizado la prueba o un médico pueden interpretar los resultados en el momento, e incluso recomendar algún tratamiento, como una prótesis auditiva.